La cuestión Krensky, como todos saben, está relacionada con la autenticidad del Lanaïs Tirmag. Para todos quienes fuimos bosquianos a comienzo de los noventa, y conocimos la fórmula original del Lanaïs Tirmag -y la decíamos incluso en lengua kálica- el asunto carece de importancia real. Pero para quienes han venido a integrarse en los últimos años -más o menos desde el 2001 en adelante- este tema se ha vuelto objeto de debate y de sospechas.
Todo comenzó hace un par de meses cuando en Santiago una de las inteligencias bosquianas propuso investigar el asunto. Resultó que uno de sus miembros encontró peligrosamente parecido el Lanaïs Tirmag a una parte de la alocución de un texto de la película The Nine Gate (conocida en castellano como La Última Puerta) del judío Polansky. La explicación más fácil que se dio entonces fue que el Lanaïs Tirmag había sido tergirversado. Una larga tradición sobre tergiversaciones venía cerniéndose entre nosotros desde que algunos miembros de la Orden habían hecho contacto con don Miguel Serrano -que, dicho sea de paso, acaba de publicar un opúsculo sobre la tergiversación de las tergiversaciones (a propósito del caso Rudolf Hess y su Doppelgänger). Pero nada de esto es verdad y estoy en condiciones de probarlo.
La creencia de que el Lanaïs Tirmag fue manipulado y tergiversado por judíos es relativamente reciente. No tiene más de cuatro años. Arranca de las conclusiones que hiciera el primer SWR del renovado Grupo de Estudio de la Cábala Órfica, dirigido entonces por Carlos Carmona, quien ya se hacía llamar Martín Ríos. Carmona, quien dirigió ese grupo antes que Ariel Zúñiga (contrario-sensu de lo que muchos creen hoy), que actuaba públicamente bajo el nombre de Martín Ríos, pero que era conocido esotéricamente como Mœbius, propusó a inicios de 2001, a instancia de la Renovación Global de Holzwege que estaba llavando a cabo Anaïs Laprossa, una modificación sustantiva de la fórmula antigua del Lanaïs Tirmag. Lo cierto es que el Lanaïs Tirmag había sido ya modificado poco antes por el Maestro Agripa, quien atribuyó los cambios a su desaparecido maestro, el insigne Gabriel Frontera. Pero esto no impidió que Carmona quisiera insistir en una fórmula nueva, la que incluso hizo poner en un alemán de dudosa calidad.
La fórmula del Lanaïs Tirmag creada por Carmona versa así:
Iré en silencio
Por un camino largo y sinuoso
Desafiaré las flechas del infortunio
No le temeré ni al fuego ni a la horca
Jugaré el más peligroso de los juegos
Y venceré sin que me importe el precio.
El SWR que ratificó esta fórmula estuvo compuesto por Luis Vielma, Amaury de Bène, Fiona Yrsitagui, Ariel Zúñiga y el propio Carmona. A partir de entonces está fórmula se utilizó en todas las inteligentsias bosquianas dirigidas por la señora Anaïs Laprossa.
Pero he aquí que en Diciembre del año pasado un innato de la inteligentsia de Santiago advirtió peligrosas conexiones entre esta fórmula del Lanaïs Tirmag y un texto de la película The Nine Gate. El parecido entre uno y otro, definitivamente, no puede pasarse por alto. Por eso valga este artículo, este análisis y esta explicación. Puestos de frente las similitudes pueden apreciarse del modo que sigue (Nótese que la versión castellana que ofrezco del texto de la película es la apróximación más exacta que puede hacerse):
El Lanaïs Tirmag en la Fórmula de Carmona |
El Texto de la Película "The Nine Gate" |
Iré en silencio | Viajar en Silencio |
Por un camino largo y sinuoso | Por una ruta larga y tortuosa |
Desafiaré las flechas del infortunio | Desafiar las flechas de la desgracia |
No le temeré ni al fuego ni a la horca | Sin temerle a la horca ni al fuego |
Jugaré el más peligroso de los juegos | Jugar el más grande de los juegos |
Y venceré sin que me importe el precio | Y ganar sin reparar en gastos |
La fórmula del Lanaïs Tirmag de Carmona data del 2001. La película fue exhibida en Chile en 1999. En lo que a mí respecta es obvio que Carmona construyó su fórmula a partir del texto de la película. Pero esto es raro, porque el Lanaïs Tirmag era conocido de todos nosotros de mucho antes. ¿Cómo pudo construirse una fórmula del Lanaïs Tirmag aceptada inocentemente por todos, incluso por personas tan respetadas como Anaïs Laprossa, que es a juzgar de cualquiera, casi un calco del texto de una película de hollywood? La respuesta sigue siendo todavía un misterio. Pero he aquí algunas posibles explicaciones. Primero: la fórmula de Carmona fue presentada en el contexto de una Renovación Global de Holzwege en Chile. Para quienes la vivimos fue casi como un renacimiento, casi como un empezar de nuevo. Si a esto agregamos que fue respaldada por Zúñiga, Yrsitagui y de Bène, que a la fecha eran considerados titanes del esoterismo holzwegiano (no olvidar que Amaury de Bène era amigo personal de Laura Dubois y había permanecido tres meses en la campiña como huesped de honor), la fórmula Carmoniana estaba prácticamente garantizada. Segundo: se hizo entonces una serie de reuniones donde Zúñiga, Yrsitagui y de Bène se encargaron de explicar a todo el mundo el significado de la nueva fórmula. Tercero: Carmona presentó una variante en alemán (de muy dudosa calidad) cuyos déficit se explicaban por la intención de encriptación deliberada. La fórmula en alemán versaba así:
Ich werde in Silence wandern
Für ein langer und gewunden Weg
Ich werde auf die Pfeile des Unglücks herauszufordern
Ich habe keine Angst zu Feuer oder zu Galgen werden
Ich werde das Spiel gefährlicher spielen
und Ich werde Sieg, ich nicht den Preis ausmacht
Pero he aquí que a finales del año pasado un innato advirtió los parecidos con el texto de la película y ha habido desde entonces un debate generalizado sobre el Lanaïs Tirmag. ¿Cómo lo explicó Carmona? De la manera más curiosa que quepa imaginar. Carmona formó parte del círculo íntimo de Agripa. Allí escuchó hablar del siniestro Hamil Krensky, un criptojudío de origen ruso, del que se decía había manipulado la obra de Frontera para adecuarla a sus círculos de la masonería. La leyenda dice que Hamil Krensky tenía nacionalidad argentina, era de origen ruso y residía en España. Se presentó en los círculos holzwegianos españoles como un católico renegado que quería abrazar el paganismo. Al círculo lo trajo el propio Gastón Mirar. Pero al cabo de unos pocos meses fue expulsado de la Orden al descubrirse sus vínculos con la masonería. Luego se supo que en verdad era judío y que su único interés con holzwege era robar secretos esotéricos para transmitirlos a sus círculos masones. Esta historia, de verdad, ni siquiera merece la pena contarla. Agripa la conservaba como una anécdota para recordar que, incluso, dentro de la Orden, había que cuidar los secretos esotéricos. Pero Carmona se valió de esta antigua historia para echar la culpa a Krensky del parecido entre su fórmula del Lanaïs Tirmag y el texto de la película. Carmona contó que Krensky había publicado en 1992 unos grabados (nueve en total), reproducidos luego en una novela del escritor español Pérez Reverte, con las leyendas del Lanaïs Tirmag. Dijo que esos grabados los había robado de la fórmula original del Lanaïs Tirmag de Frontera. Pero nada de esto se ha podido probar, por lo que estimo que no es más que un mito.
La verdad, al parecer, es esta. En 1993 Arturo Pérez Reverte publica una novela a la que da el título de El Club Dumas. En esa novela se inspira Polansky para hacer la película The Nine Gate. En la novela aparecen nueve grabados que son utilizados por Polansky en la película. En cada grabado hay añadida una leyenda (una frase). Las frases adjuntadas a los grabados coinciden en la novela y en la película (salvo la primera leyenda que en la novela es NEMO PERVENIT QVI NON LEGITIME CERTAVERIT y en la película es SILENTIVM EST AVREUM). Luego, en la película, el personaje representado por Franz Langella interpreta las frases adjuntadas a cada grabado del modo antes descrito, esto es, SILENTIVM EST AVREUM significa VIAJAR EN SILENCIO, y así sucesivamente. Ello explica que la fórmula de Carmona haya sido extraída de la película y no de la novela.
A comienzos del año 2000, los más antiguos recordarán, el maestro Agripa presentó una reformulación del Lanaïs Tirmag. Dijo que era la versión que utilizaba Gabriel Frontera. Esa fórmula, que duró apenas un año versaba así:
Ir en silencio
en penitencia y pertinacia
desafiando la suerte
desafiando la muerte
burlando el mayor peligro
y venciendo a cualquier coste
Algunos dicen que era la fórmula privada que Agripa utilizaba desde mucho antes del Tercer Discenso. Carmona la habría conocido en cuanto discípulo privilegiado de Agripa. Lo que yo creo que sucedió fue que Carmona advirtió el parecido entre esta fórmula de Agripa y el texto de la película de Polansky. Pensó que ninguno de nosotros vería la película. Y combinó los dos textos en una fórmula original propia. Luego, alguien advirtió el parecido, hizo las preguntas correspondientes, y Carmona se vio obligado de echar mano a la añeja anécdota del judío Krensky para explicar lo inexplicable. En su mito el judío Krensky robó la fórmula de Frontera (y no sólo la fórmula, también los grabados). De Krensky Pérez Reverte tomó los grabados y Polansky las leyendas (las frases), y las manipularon para trivializarlas -para trivializar algo que entre bosquianos era sagrado y fundamental. Pero esto es un mito. Ni siquiera sabemos si el judío Krensky es real o ficticio. Agripa contaba anécdotas sobre él entre recuerdos y olvidos. Pero lo cierto es que ninguno de nosotros ha podido establecer su verdadero paradero. Si a esto añadimos que nunca existieron grabados algunos asociados al Lanaïs Tirmag queda establecido que la historia de Carmona sobre Krensky, Polansky y Pérez Reverte es, incuestionablemente, un mito.
La verdad de toda esta historia es que el Lanaïs Tirmag, el verdadero, el de von der Vogelweide, nada tiene que ver con el texto de la película, ni con los grabados de la misma. En una artículo posterior espero hacer una historia verdadera del verdadero Lanaïs Tirmag. Y entonces se verá que, incluso, es harto distinto a la fórmula presentada por Agripa, la que éste atribuía a Frontera. Pero esto es ya materia de un próximo artículo. Por lo que respecta a éste quedo conforme con lo dicho hasta aquí.
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