domingo, 12 de junio de 2005

El Sacro Irminsul (III)

El pilar, el cual es entonces, localizado entre los dos; entre el martillo de Þórr y el ojo de Óðinn, es el asiento del caudillo. La tarea del caudillo es dirigir los ritos, en el santuario (Véi). Eso hace que mantenga el balance del reino. Él desea la lluvia de Þórr, el cual cae debido a la tracción de la gravedad, pero él también desea que los rayos de Óðinn brillen en los campos. Él desea la paz, pero también la guerra. Él desea salud, pero no demasiada – pues eso sólo lleva al declive. Él desea balance. La razón para la negativa en su reino es la de incrementar las posibilidades de lo positivo al hacer su trabajo. Él dirige la tribu al progreso.


Ese balance de Freyr no es constante. Constantemente se adelanta y se atrasa. Eso es el sol y la lluvia, la guerra y la paz, el invierno y el verano, la mujer y el hombre, trabajo y descanso, fortuna e infortunio. Juntas, las manos de Tuisto trabajan como la fuerza creativa y la progresiva, lo cual llamamos aquí en Escandinavia como Élivágr. Ese es el movimiento constante del universo del mar; las olas undulan atrás y adelante. Ese es el ritmo del pulmón del universo.

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