El antiguo dios de la mitología germánica es Búri, conocido dentro de los sajones como Tuisto o Tuiscon.
Nuestro Þórr deriva de ese proto-dios; en la misma línea de los demás
dioses que poseemos. El germánico proto-dios es representado en
tallados en roca con sus dos palmas hacia el cielo. Una de las palmas
está a Sól (Sol) del cielo, y la otra a Máni (Luna) del
cielo nocturno. Cuando decimos que el lobo devora la Luna, es una
referencia al mito del lobo Fenris devorando una de las manos de Týr. La manifestación natural de lo que es un eclipse lunar. Como con los demás dioses, Týr deriva de Tuisto.
Los
dos brazos del dios del trueno son idénticos a las dos palmas de
Tuisto. Uno de ellos simboliza el martillo de Þórr; el otro representa
al Sol. Ese es el rol del proto-dios como Þórr. El martillo es la
fuerza conservadora de la vida en el universo. El Sol, la fuerza
creadora de la vida.
Existen tres proto-fuerzas en el universo. Nosotros las llamamos por muchos nombres:
Óðinn (Odín), Vílir (Vilje) y Véi (Ve);
Istwô, IrminiaR e IngwaR;
Óðinn, Lóðurr (Loki) y Hoenir;
Óðinn, Þórr y Freyr.
La fuerza de Óðinn es explosión, la fuerza de Þórr es la gravedad y la fuerza de Freyr
es la detención. Eso es, respectivamente: expansión, implosión y el
armónico estado de balance, que siempre está entre la transición de la
dominación de una fuerza sobre las otras fuerzas – ese es, el balance
entre dos proto-fuerzas originales. La fuerza de Óðinn es la cual
arroja la bola hacia arriba al aire, la fuerza de Þórr es la que la trae
de regreso; y el momento de Freyr es cuando la velocidad de la bola es
igual a cero.
Ese
es el universo del cual realmente estoy hablando aquí, y si nosotros
cambiamos el mundo “la bola” en la metáfora sobre las “estrellas”,
conseguimos el ritmo del universo. Óðinn es el gran big bang, el cual
arroja materia a todas las direcciones. Þórr es la fuerza que intenta
atraer todo y juntarlo nuevamente.
Ya
he mencionado que el universo está expandiéndose con el incremento de
la velocidad. Eso parece ser una prueba de que la tracción de la
gravedad es muy débil para retrasar la expansión del universo. Lo que
esos científicos han olvidado es que si la fuerza de la explosión aún
está activa, ella todavía puede colocar fuerza a las estrellas, así que
estas se pueden acelerar. Las ondas de la explosión perderían su poder y
entonces la tracción gravitacional tomaría el control, y el universo
comenzaría a atraerse nuevamente el mismo hasta juntarse – después de
cortos momentos de quietud. Un momento cuando los poderes de Óðinn y
Þórr infligen un igual monto de fuerza sobre la masa del universo.
La
diferencia entre sus poderes es que Þórr es constante. Óðinn
frecuentemente fluctúa de enorme fuerza, a la nada, hasta que nuevamente
se vuelve enorme.
El
segundo pilar, entonces, es la explosión, el cual nosotros
constantemente, acuciosamente vemos en el Sol y en las otras estrellas.
Ese es el ojo de Óðinn y la fuerza creativa; el cual en un momento creó el universo en una explosión violenta. ¡El Big Bang!
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